Uno de los platos más representativos es el «Saice Tarijeño». Consiste en una mezcla de carne picada, cebolla, tomate, ají y especias, cocida lentamente para lograr una mezcla de sabores intensos y deliciosos. El saice se sirve comúnmente con arroz blanco y papas, convirtiéndolo en un plato reconfortante y satisfactorio.,
Otro manjar que caracteriza la mesa tarijeña es la «Huminta». Este platillo, de origen indígena, es una especie de tamal preparado con masa de maíz, queso y envuelto en hojas de choclo. La Huminta es una delicia que ha perdurado en la tradición gastronómica de Tarija y se disfruta tanto en ocasiones especiales como en la vida cotidiana.
La «Sopa de Maní« también se destaca en la culinaria tarijeña. Esta sopa cremosa, elaborada con maní, carne de res, verduras y especias, es un ejemplo de la fusión de ingredientes locales con técnicas culinarias adaptadas. La Sopa de Maní ofrece una experiencia de sabor única que captura la esencia de la región.
La Ciudad de Tarija es también conocida por su tradición vitivinícola, y una expresión culinaria de esta influencia es el «Picante de Pollo a la Tarijeña«. Este guiso de pollo se prepara con ají amarillo, vino tinto, especias y se sirve con arroz. La combinación de sabores intensos y la incorporación del vino tarijeño hacen de este plato una experiencia culinaria que refleja la conexión entre la gastronomía y la viticultura en la región.
En el ámbito de los postres, el «Mocochinchi« se presenta como una opción refrescante y deliciosa. Este postre está elaborado con duraznos secos, canela, clavo de olor y azúcar. La combinación de ingredientes crea una bebida que es apreciada no solo por su sabor dulce, sino también por su capacidad para refrescar en los días cálidos de Tarija.